Actualmente los vehículos tanto particulares como industriales gozan de sistemas que nos facilitan la conducción. Viajes más rápidos, eficientes, cómodos y seguros.
Sin embargo, pese al desarrollo tecnológico aparente en estos vehículos, siempre necesitan una serie de cuidados básicos. No debemos olvidar los siguientes consejos para conseguir una mayor vida útil y un excelente estado de funcionamiento.
Consejos al volante:
Reposo del turbo
En la actualidad, la mayoría de vehículos diésel equipan turbo. En los gasolina el porcentaje es menor pero a partir del ´´downsizing´´ (Técnica que consiste en disminuir la cilindrada y acoplar un turbo para compensar la pérdida de rendimiento, con el fin de reducir los consumos y emisiones) cada día es mayor el número de vehículos turbo.
Un turbo es un eje con una turbina a cada lado. Aprovecha los gases de escape para presurizar el aire que entra al motor. Se obtiene una explosión mucho mayor. Destacar que esta pieza (muy costosa en caso de avería) va engrasada en aceite y alcanza temperaturas de hasta 1200º.
Por tanto, conviene que, después de un viaje largo, una conducción deportiva o en cualquiera situación en la que el motor lleve trabajando un rato a su temperatura óptima NUNCA detener el motor recién se ha parado. El aceite caliente que presente en el turbo produce carbonilla que terminará por obstruir los conductos. En su lugar dejaremos el motor a ralentí durante 2-5 min para que el turbo se vacíe de aceite.
“Los motores turbo diésel son más delicados que los gasolina”
Depósito de gasolina
Un mal hábito extendido, es el de llevar el depósito siempre en reserva, cuando realmente el coste es el mismo. Apurar un depósito de carburante provoca el ensuciamiento y quizás obstrucción del filtro. Cualquier automóvil ha pasado por este momento alguna vez. Es recomendable utilizar combustibles aditivados que garantizan la limpieza y correcto funcionamiento de la mecánica, como nuestro Fórmula Max Diésel.
Conducir con el embrague pisado:
Muchas personas conducen por autovía o carretera con el pie izquierdo en el embrague, aunque sin pisarlo.
Este mal hábito provoca que el poco peso ejercido por la puntera en el pedal causa un desgaste excesivo del disco de embrague. Aunque el conductor vea que el embrague no está siendo accionado.
Vehículos con suspensión neumática:
Un buen consejo al volante y habitualmente desconocido es que, si tu vehículo consta de suspensión neumática, esta no ha de superar el 60% de la altura regulable a la hora de aparcar.
Un consejo es no dejar la suspensión a su máximo de altura durante periodos prolongados de tiempo. Provocará la rotura de las cámaras de aire por su alta presión.
Arranque en frío:
El trato de los motores cuando están fríos determina su prosperidad a niveles muy altos. Un claro ejemplo es revolucionar un motor cuando este está frío. Provoca un rozamiento excesivo, así como un desgaste muy considerable de las piezas mecánicas.