La picaresca
La actual crisis sigue mermando la economía. A día de hoy algunas de las empresas dedicadas al sector del transporte se han visto obligados a cesar su actividad. Otras en cambio han decidido trasladarse o establecer filiales en diversos países del este de la Unión Europea, maniobra conocida como cabotaje.
Estos territorios ofrecen a priori unas mejores condiciones fiscales para desarrollar el negocio. Menores impuestos, salarios mínimos inferiores… Dado que pertenecemos a la UE, se otorga libertad en desplazamientos entre países de mercancias y trabajadores facilitando esta situación.
“Cada vez es más habitual ver tractoras con matrículas rumanas o búlgaras”
Modus operandi
La empresa situada en España solicita abrir una filial en el país extranjero, cumpliendo con la legislación vigente. Obtiene registros, permisos y demás documentación para iniciar la actividad.
Matricula sus tractoras con las matrículas locales del país, mientras sus semi-remolques continúan con las placas españolas. A continuación contrata a sus trabajadores, a través de esta filial, lo que supone un ahorro cuantitativo en costes.
Con todo esto ya puede iniciar su actividad, obteniendo una mayor ventaja a la hora de competir por los portes.
La patronal…
La patronal justifica estas decisiones principalmente por la alta presión fiscal que sufren en nuestro país y la bajada que se ha producido en los precios de los portes. Las empresas radicadas en España no pueden hacer frente a esta situación de cabotaje. La consecuencia es una pérdida de la cuota de negocio internacional a mano de este tipo de empresas.
“Se ha reducido en 56.000 los transportistas profesionales las carreteras de la península ibérica”
La polémica esta servida amigos, y más después de la decisión de los ingleses de abandonar la UE por el “Brexit” ¿Vosotros que opináis sobre este tipo de conducta cada vez más extendida en el sector?