Estos últimos días hemos leído, visto y escuchado diferentes noticias sobre la anotación del kilometraje en el permiso de circulación, y el asunto nos ha llamado mucho la atención: desde este pasado 15 de enero, ha entrado en vigor una nueva norma mediante la cual será obligatoria la anotación del kilometraje de los vehículos en el propio permiso de circulación.
Hasta ahora (y desde enero del año 2013) este dato se anotaba y transmitía telemáticamente desde las propias inspecciones técnicas (I.T.V.). Esta anotación consta en el documento que facilitaba dicha inspección al propietario del vehículo, pero que no necesariamente es facilitado en una operación de compra-venta, por lo que conocer el kilometraje puntual de un vehículo se convierte en un acto de fe, lo cual viene siendo aprovechado por aquellos que sin importarle las consecuencias, se lucran de la práctica de trucar los cuentakilómetros de los vehículos consiguiendo así, un precio más elevado en su venta.
A partir de ahora el kilometraje de los vehículos se anotará en el permiso de circulación de éstos.
Repercusiones en la seguridad vial y medioambientales del trucaje de cuentakilómetros.
El mantenimiento “real” requerido por el vehículo en función de sus kilómetros, pasa a ser desconocido por el propietario de un vehículo con un cuentakilómetros trucado, por lo que la seguridad en circulación de dicho vehículo, se verá comprometida en cualquier caso, pudiendo llegar a ocasionar accidentes de distinta índole.
Este fraude de trucar cuentakilómetros también conlleva repercusiones medioambientales puesto que el control de emisiones contaminantes que se realiza en las inspecciones técnicas también se verá, bien, retrasado, o bien, falseado, hasta que el vehículo tenga que acudir a una nueva inspección.
Detectar si los kilómetros de un vehículo son reales, es complicado, pero no imposible.
El trucaje del cuentakilómetros por lo general suele ir acompañado, de un, por llamarlo de alguna manera, tratamiento rejuvenecedor, del vehículo, en el que se alteran elementos cuyo envejecimiento es evidente y podría delatar el “truco”, como son, gomas del cierre de puertas, que se desgastan con la entrada y salida de los ocupantes al igual que los laterales de los asientos, las gomas de los pedales… Éstos son elementos que por lo general suelen ser sustituidos para evitar que el vehículo llame la atención en lo referente a su uso, pero que no está demás que sean comprobados a la hora de afrontar una compra de un vehículo de segunda mano.
También determinadas marcas, que disponen de sistemas para comprobar la veracidad de las cifras de kilometraje de los vehículos de su fabricación.
