Todo sobre AdBlue, el aliado de los motores diésel y el medioambiente

En Carburantes, Consejos al volante by adminDeje un Comentario

Durante los últimos años la normativa europea sobre las emisiones de los vehículos se ha endurecido, tanto para los sistemas de gasolina como de gasoil. Sin embargo, como respuesta a esta situación, los motores diésel cuentan con un poderoso aliado: hablamos de AdBlue.

¿Qué es AdBlue?

 AdBlue es un líquido inodoro, transparente y no tóxico, compuesto de agua pura y urea, que se utiliza como aditivo en los motores diésel para reducir la emisión de los gases nocivos para el medioambiente que se producen en la combustión interna.

El desarrollo de AdBlue tuvo como origen la normativa Euro 6, una regulación de la Unión Europea, aún vigente, que establece los límites máximos de emisiones contaminantes para los vehículos nuevos vendidos en los Estados miembros. Desde su entrada en vigor en enero de 2014, los motores alimentados por gasoil deben contar obligatoriamente con un sistema AdBlue incorporado de fábrica.

El nombre AdBlue es en realidad una marca comercial registrada por la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA) para denominar el producto AUS32. Esta nomenclatura proviene del inglés Aqueous Urea Solution, que significa «solución acuosa de urea», y de la concentración de esta sustancia: un 32,5% de urea y un 67,5% de agua pura.

Con agua pura nos referimos al agua desmineralizada, que no es lo mismo que el agua potable. El agua potable es la que podemos consumir humanos y animales debido a que contiene sales y minerales que son necesarios para la hidratación, como el sodio o el cloro. Sin embargo, cuando se produce agua desmineralizada, se busca eliminar la presencia de estos elementos y de todos aquellos que sean ajenos al H2O primordial, ya que se emplea para ensayos científicos y para fabricar productos con una formulación muy precisa, como AdBlue.

En cuanto a la urea, también llamada carbamida, se trata de una sustancia presente en muchos animales, como los mamíferos y algunos anfibios, y también en la industria, dado que forma parte de la fabricación de fertilizantes, cosméticos y plásticos. Para elaborar AdBlue, sin embargo, la urea se consigue artificialmente a partir de amoníaco sintético y dióxido de carbono con el objetivo de que el producto final sea de la máxima calidad y pureza. Por cierto: ¿sabías que la urea fue el primer compuesto químico de origen orgánico que se logró sintetizar en un laboratorio?

  ¿Cómo funciona AdBlue?

En los motores diésel, la combustión se produce por la compresión del aire y el combustible a muy alta temperatura. En este tipo de mecanismos, donde la ignición no necesita de una chispa inicial (como ocurre con la gasolina), se generan ciertos gases contaminantes, los óxidos de nitrógeno, que se simbolizan como NOx o NOx.

Para reducir la emisión de estos gases, los sistemas de motor diésel se sirven de un proceso denominado SCR (Selective Catalytic Reduction o «reducción catalítica selectiva») que se desarrolló hace más de seis décadas, pero que no se popularizó hasta bien entrados los años 2000. Inicialmente destinado a vehículos pesados, como camiones o autobuses, el sistema SCR es cada día más común en los coches diésel modernos.

El SCR se basa en transformar químicamente los óxidos de nitrógeno, provenientes de la combustión, en moléculas de nitrógeno y vapor de agua, que son gases inofensivos para el medioambiente (de hecho, forman parte de él). Para que esta reacción química sea posible es imprescindible la intervención de un agente reductor. Y sí, ese agente es AdBlue, que permanece almacenado en un depósito propio bien separado del combustible.

Cuando el AUS32 entra en contacto con el sistema de escape del vehículo, aumenta drásticamente su temperatura y se convierte en amoníaco (más una pequeña parte de dióxido de carbono). Esta nueva combinación se inyecta mediante un pulverizador en la mezcla de gases contaminantes (los NOx), que viene del motor y tiene como destino el catalizador SCR, que es donde ocurre finalmente la reacción. El sistema se ve acompañado además por todo tipo de sensores que registran datos como la concentración de óxidos de nitrógeno o la temperatura, y que envían a una unidad de control encargada de supervisarlos e informar de ellos.

Las tecnologías combinadas de SCR y AdBlue han cambiado el panorama de los vehículos diésel, que se han vuelto tan limpios como los motores de gasolina, y han sentado las bases para reducir las emisiones contaminantes. Tan solo tengamos en cuenta que el desarrollo de este compuesto fue muy anterior a la norma Euro 6 que lo hizo obligatorio.

¿AdBlue es peligroso?

No, AdBlue no es peligroso. De hecho, no es inflamable ni es tóxico. Recordemos que sus compuestos son el agua y la urea, que están presentes en nuestro propio cuerpo. Sin embargo, en ningún caso debemos ingerir AdBlue ni inhalar sus vapores porque hay riesgos severos de sufrir, como mínimo, una reacción alérgica.

AdBlue, no obstante, al ser una sustancia alcalina por su alto nivel de pH (entre nueve y diez), sí es corrosivo para algunos materiales, como ciertos metales, plásticos y cauchos. Aunque su manipulación es segura, es importante que tengamos especial cuidado de no derramar AdBlue sobre la pintura del vehículo porque puede deteriorarla.

¿Necesita AdBlue un mantenimiento especial?

No, AdBlue no requiere de un mantenimiento especial ni influye en los periodos de inspección del vehículo, pero sí precisa de revisión. De hecho, la mayoría de las averías relacionadas con AdBlue se deben a un control insuficiente por parte del usuario. Es recomendable que aprovechemos las revisiones generales del vehículo para comprobar el sistema AdBlue y SCR.

El uso de AdBlue es apto para todas las condiciones climáticas europeas, pero si su temperatura desciende por debajo de -11,5 °C, entonces el producto se solidifica. Sin embargo, el depósito de AdBlue y los conductos por los que discurre cuentan con un sistema de calefacción que descongela la suficiente cantidad de líquido como para que el sistema vuelva a estar disponible en poco tiempo. En cualquier caso, la congelación no daña al compuesto y se puede volver a utilizar una vez descongelado.

Por último, es fundamental que controlemos el nivel del depósito de AdBlue, al igual que hacemos con el combustible. De lo contrario, podríamos tener consecuencias en el rendimiento del vehículo, en su mecánica e incluso en el terreno legal.

¿Qué pasa si me quedo sin AdBlue?

Un depósito vacío de AdBlue no es un problema grave si nos ocupamos de remediarlo con cierta prontitud. Si bien el cuadro de instrumentos de nuestro vehículo nos advertirá con bastante antelación si detecta que el aditivo empieza a agotarse, en el caso de que nos quedemos sin AdBlue en plena circulación pueden pasar varias cosas.

En primer lugar, es posible que disminuya el rendimiento de nuestro vehículo y que entre en modo fallo, una limitación que algunos modelos imponen de forma automática cuando se agota el suministro de AdBlue y que se restablece cuando vuelven a subir los niveles.

También puede que el motor sufra una pérdida de potencia y que en ciertos casos incluso no vuelva a arrancar, aunque la falta de AdBlue nunca hará que se apague nuestro vehículo.

Si permanecemos sin AdBlue durante mucho tiempo corremos además el riesgo de que el sistema SCR sufra daños, ya que no estaría recibiendo la dosis de aditivo que necesita para desencadenar la reducción química.

Por último, es importante que tengamos en cuenta que los vehículos que funcionan con el sistema AdBlue están obligados a utilizarlo, lo que significa que circular con el depósito vacío es motivo de multa.

 

Recuerda: elige siempre calidad

La calidad de AdBlue es extremadamente importante y está regulada bajo normas ISO. Muchas averías se producen por buscar el ahorro económico y utilizar un aditivo sin una concentración de urea suficiente, lo que puede provocar daños en el SCR, en el inyector de AdBlue o en los sensores del sistema. Además, el coste de estas reparaciones puede ascender a miles de euros según el modelo del vehículo.

Nunca llenes el depósito de AdBlue con nada que no sea AdBlue. El agua, por ejemplo, puede provocar un desgaste innecesario del sistema e incluso el bloqueo del catalizador SCR. Tampoco utilices embudos o bidones para almacenar o repostar AdBlue, dado que pueden contaminar la solución e introducir sustancias devastadoras para el proceso químico.

En Castillo Grupo nos preocupamos de forma continua por mantener una alta calidad en nuestros servicios y productos, y esto incluye al AdBlue. Por eso contamos en nuestra Estación de Servicio Castillo La Bañeza  y Estación de Servicio Castillo Benavente, así como en nuestra Área de Servicio Castillo El Burgo con un surtidor oficial de este aditivo imprescindible para los motores diésel y el medioambiente.

 

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