Hoy queremos explicaros unos prácticos consejos, para un correcto uso (y mantenimiento) del sistema de frenado (los frenos) de nuestro vehículo, y conseguir con ello un ahorro en nuestro gasto de combustible y mantenimiento.
Los frenos y su desgaste
Todos sabemos que frenar supone reducir la velocidad nuestro vehículo o detenerlo totalmente. Los frenos son uno de los elementos de nuestro vehículo más sometidos al desgaste, especialmente las pastillas y los discos. Por este motivo es tan importante su mantenimiento óptimo.
Según el tipo de conducción que realicemos, nuestro sistema de frenado estará más o menos expuesto al desgaste. Los conductores que abusan del uso del freno, exponen a sus vehículos a un mayor esfuerzo, y por eso deben revisar sus frenos más a menudo. Conducir de una forma más suave, sin apenas usar el freno, además de reducir nuestro consumo de combustible (que siempre viene bien), supone también un menor desgaste del sistema de frenado. El uso del llamado “freno motor” aumenta la vida de nuestros frenos (además de ahorrar en combustible, ahorramos también en mantenimiento.)
El freno motor
No debemos abusar del uso del freno, especialmente en estas épocas de verano, para evitar que se calienten. Una alternativa, es el uso del freno motor, disminuyendo la velocidad de nuestro vehículo usando la caja de cambios. Esta medida es especialmente recomendable en el caso de descensos prolongados.
El uso de freno motor, es una forma de conducción eficiente, que nos ayuda también al ahorro de combustible. Es mejor usar una reducción de marchas para disminuir la velocidad, e incluso llegar a parar totalmente el vehículo, que el uso agresivo del freno. En este sentido, nos ayuda anticiparnos a las posibles acciones del resto de conductores, para lo que necesitamos mantener una distancia suficiente como para ver dos o tres vehículos por delante. Es importante tener en cuenta el tiempo que tarda en detenerse nuestro vehículo, en función de nuestra velocidad y del estado de la carretera, como podemos ver en el siguiente gráfico.
Imagen de la DGT
Si conducimos agresivamente, lo que provocamos es un desperdicio de combustible. Nuestra recomendación es acelerar suavemente, frenar con tiempo suficiente y con delicadeza y mantenernos siempre que sea posible (y seguro) en el mismo carril. Así, además de ahorrar combustible, como ya hemos comentado, prolongaremos la vida útil de los frenos y neumáticos.
Y no olvidéis nunca nuestro principal consejo, mantener la “seguridad en tu camino, seguridad en tu destino” Hasta la próxima 🙂