¿Recuerdas la última vez que has cambiado las escobillas del limpiaparabrisas?
Quizá algunos ni os acordéis. Pero sin lugar a duda es uno de los componentes esenciales a la hora de la conducción por carretera cuando llueve, nieva, o se producen ráfagas de polvo. Es necesario prestar atención ante cualquier síntoma de desgaste para sustituirlo inmediatamente.
Historia de las escobillas del limpiaparabrisas
La invención.
Surgieron en Estados Unidos de la mano de Mary Anderson de Alabama en 1903, cuando descubrió que los escasos vehículos de la época que circulaban por las calles de Nueva York tenían que detenerse cuando llovía, por la escasa visión.
Esto le dió pie a inventar un brazo de metal y una goma anclados a la parte superior de la carrocería. Reconocidas marcas como la de Henry Ford se fijaron en su patente y acabaron por instalarla en sus modelos dada su efectividad.
Su rediseño.
En 1953 Robert Kearns ideó el limpiaparabrisas intermitente. Hasta el momento su funcionamiento era automático sin pausa alguna, lo que acababa cansando la visión del conductor.
Ford y Chrysler lo habían instalado en sus vehículos como patente propia. De tal modo que Robert Kearns ha luchado durante años en los tribunales para que finalmente se reconociera su trabajo, con indenizaciones de ambas empresas por un valor de 30 millones $.
Mantenimiento:
El caucho y el plástico que forman las escobillas del limpiaparabrisas, antes agentes climáticos como el frío y el calor se desgastan. Pero mediante unas pequeñas indicaciones podemos conocer cual es el origen del desgaste y proceder al cambio de la pieza.
Como reconocer un deterioro, según el rastro que deja en nuestra luna:
- Empañado: Deja rastros de agua en la luna, siendo culpable el endurecimiento del caucho, lo cual impide un correcto barrido.
- Estrías: El caucho está deteriorado, y no limpia correctamente.
- Zona sin limpiar: No limpia correctamente, la escasa presión en los brazos de las escobillas no elimina el agua completamente.
- Saltos y ruidos: Vibración del sistema, la goma está gastada y ejerce demasiada presión sobre el cristal.
“Es aconsejable sustituirlas cada 12-18 meses”
Esperamos que todos estos consejos os hayan sido útiles.
Hasta la próxima amig@s.
“Seguridad En Tu Camino, Seguridad En Tu Destino”