En el transporte profesional, la eficiencia lo es todo. Controlar en qué se invierte cada segundo permite mejorar una entrega. Hasta 2011 existían varios métodos para medir el tiempo empleado por un conductor en diferentes actividades. Gracias a la regla del minuto esto se simplificó, con las mejoras pertinentes. ¿En qué consiste?
Qué es la regla del minuto
La regla consiste en que, dado un minuto cualquiera, se considerará que se ha realizado el mismo tipo de actividad en esa unidad de tiempo. Nos servirá de referencia aquella labor que haya ocupado más segundos en total.
El origen de la regla lo encontramos en el Reglamento (UE) 1266/2009, el cual buscaba simplificar el cálculo de los tiempos de conducción y su redondeo. Además, soluciona problemas como el siguiente: ¿qué ocurre cuando dos actividades ocupan el mismo tiempo? En este caso, el reglamento nos indica que debemos considerar como principal la última que se haya realizado.
De esta forma se logró unificar el método con el que se computaban las condiciones de trabajo. Su aplicación condujo al ahorro de un tiempo significativo en las tareas de conducción. Asimismo, los tacógrafos modernos llevan esta regla incorporada, lo que simplifica todavía más llevar un adecuado registro. Si bien no es perfecta, no deja de resultar de una utilidad fuera de toda discusión en el transporte de mercancías.
Una de sus consecuencias es que se ahorra en carburante diésel, ya que los tiempos de conducción se ven optimizados. Esto lleva a aprovechar mejor algunos tipos de combustible como FÓRMULA MAX DIESEL
En definitiva, el transporte profesional mejora gracias a la aplicación de reglas como la que hemos visto. El tiempo siempre será un factor importante en este sector y un recurso inestimable que es indispensable aprovechar al máximo para obtener los rendimientos adecuados.
