El primer coche con un motor diésel fue un Mercedes 260 D, comercializado en 1936. El creador de ese motor mitológico, que ha llegado hasta nuestros días, fue Rudolf Diesel. A pesar de haber establecido la patente en 1892, no vivió para poder contemplar su brillante puesta en escena. El gran inventor nació en París en 1858, pero de ascendencia alemana. Por circunstancias bélicas, la guerra franco-prusiana, el joven genio fue enviado junto a un familiar, profesor de matemáticas en Augsburgo, que resultó ser decisivo en su posterior trayectoria como erudito.
Formación académica
Comenzó su formación didáctica en la Escuela Industrial y de Oficios de Augsburgo, y posteriormente en la Escuela Superior Técnica de Múnich con el inventor del frigorífico, Carl von Linde.
El germen del proyecto Diesel
Linde, percibió el potencial del muchacho y le ofreció el puesto de director de una recién creada fábrica de hielo en París. Rudolf Diesel aceptó, con la condición de poder compaginar su trabajo con la investigación de un propósito muy ambicioso, la creación de un motor que sustituyese a las robustas y poco eficaces máquinas de vapor. Su pretensión era revolucionar el transporte, con un sistema que aprovechase más la potencia y aumentase la utilidad.
El motor se hace realidad
Su primer mentor, Linde, pierde la confianza en Diesel ante la falta de avances del complejo objetivo. Por suerte le presentaron a Heinrich von Buz , definitivo benefactor de la investigación. A partir de aquí, comenzaron los primeros logros con los motores experimentales en 1895, con rendimientos muy superiores a los de su predecesora máquina de vapor, en 1898 se usó el novedoso motor en una fábrica de cerillas de Kempten.
Cualidades del flamante motor
La nueva máquina sobresalía por su mayor poder energético, costes menos elevados y la capacidad de admitir casi cualquier combustible [Diesel experimentó con todos los combustibles fósiles y vegetales conocidos, entre ellos el aceite de cacahuete].
Reconocimiento sin gloria
Rudolf Diesel fue un gran técnico, pero un mal gestor y peor comerciante. Debido a estas carencias, varios colegas ingenieros avanzaron en el perfeccionamiento del motor. A la vez que estos inscribían sus propias patentes, el inventor legítimo intentaba evitarlo sin éxito, atascado en una maraña de pleitos y cuestiones legales. Incluso el monarca de la cerveza estadounidense Adolphus Busch, obtuvo una licencia por un millón de marcos y emprendió la tarea de fabricación de motores para barcos, ferrocarriles y fábricas.
Muerte en extrañas circunstancias
Rudolf Diesel, falleció en el Canal de la Mancha durante una travesía en barco en la noche del 29 de septiembre de 1913. Existen muchas teorías sobre si fue un accidente o un suicido [se encontraba en bancarrota debido a su mala gestión y a los onerosos gastos que su familia realizaba de forma exorbitante].
En los últimos años, ha cobrado fuerza la hipótesis de un supuesto asesinato promovido por multinacionales, que pugnaban por introducir sus materias primas para suministrar la energía necesaria a la afamada invención.
Lo realmente incuestionable, es que el motor diésel se produce en todo el mundo y que gracias él, durante casi un siglo, millones de personas y mercancías se mueven diariamente por todo el planeta.
Castillo Grupo, ha rendido culto a la figura de Rudolf Diesel, a través de la comercialización de un carburante de última generación, FÓRMULA MAX DIESEL, para poder estar a la altura de una de las innovaciones tecnológicas más audaces de la humanidad.