¡Y llegó el frío!

Esto venía pensando el sábado cuando estaba llegando a casa. El caso es que la semana anterior quería pasar por el taller de ruedas para cambiar las que llevaba. Ya estaban desmasiado gastadas, durante todo el viaje de vuelta con lo que llovía, tenía que conducir el camión con mucho más cariño de lo habitual ya que perdía adherencia al más mínimo acelerón.

“Llegando al peaje de Irún fue lo que me pasó,al traer pocos kilos, lloviendo y que queda un poco en pendiente, casi no salgo con lo que me patinaba”

Total, que hoy que salgo de viaje, cambiaré las ruedas y guardaré las otras para aprovecharlas unos cuantos kilómetros más cuando vuelva el buen tiempo, allá para mayo o junio. El caso es que me molesta bastante, al salir de viaje, tener que parar y perder tiempo ya que las horas de conducción son las que son y dan para llegar hasta aproximadamente Burdeos.

Si empiezo ya el viaje perdiendo unos minutos preciosos, al día siguiente se suman a los que se pierden en los atascos, que, de pasar Burdeos de noche a pasarlo de mañana, puede haber otra hora a sumar al cómputo general de horas semanales y restándolas a las horas de conducción de ese día.Pero es lo que hay.

La seguridad y el mantenimiento.

El cuidado del vehículo es lo primero,por tanto visité el taller mecánico como os contaba.Reviso la calefacción autónoma para comprobar que funciona.Es uno de los elementos fundamentales para poder dormir por los países del norte de Europa y que en algunos, como Alemania, es obligatoria. No es el primer chófer que se congela dentro de la cabina de su camión cuando está durmiendo.

¡Todo listo!

Iniciamos el viaje, ya de tarde, pero con toda una jornada de conducción por delante, que si la suerte acompaña, concluiré en la madrugada del martes. La primera pausa, como siempre, la realizo en Burgo Ranero, en el Área de Servicio de Castillo Grupo. Soy animal de costumbres y si me tratan bien en algún lugar, mi camión no quiere pasar sin parar.Cuando estás a gusto en un sitio, no miras el reloj y siempre me paso de tiempo en esta primera pausa. La consecuencia, es que el final de la jornada de trabajo la acabo alargando hasta bien entrada la madrugada.

El espacio Schengen

¡Mierda! ¡Lo olvidaba! Ahora toca perder más tiempo. Francia ha suspendido el Espacio Schengen por culpa de la cumbre climática y los atentados en París y ahora sólo tienen abiertas dos casetas del peaje de la frontera, para controlar así a todo vehículo que entra en el país. Todo mi gozo en un pozo, ya no llego a Burdeos. En este oficio, nunca se pueden hacer planes. Cuando hechas cuentas de las horas de conducción de que dispones y piensas llegar con ellas a dormir a algún sitio conocido, nunca salen, aquí no funcionan las matemáticas, siempre aparece algún imprevisto.

Acaba la jornada

Por fin, después de fijarme en los carteles informativos que han instalado en la autopista, ponía que en la siguiente área de descanso había plazas de aparcamiento libres. Aparco, cierro la jornada en el tacógrafo, “País final”, marco “F” de Francia. Si marcara España me pediría la comunidad autónoma. Luego me pide “Actividad diaria”, elijo “NO”, esto es por si quieres que te imprima el ticket de toda la actividad registrada del día. Apago el camión, cierro las cortinas, arranco la calefacción autónoma y a dormir, que las nueve horas, a veces, se quedan cortas por culpa del ojo que dejamos siempre abierto para vigilar posibles robos.