Al igual que sucede con el resto del parque móvil, los neumáticos de camión también son el único punto de contacto con el asfalto. Razón principal por la que los transportistas debemos asegurarnos de circular con las ruedas en perfecto estado. Un accidente de esta clase de vehículos pesados puede ser extremadamente peligroso.
Neumáticos de camión
La normativa en relación a los neumáticos de camión es bastante específica. En caso de montar gomas nuevas, estas han de ser exactamente iguales en el mismo eje. Es decir, de la misma marca y modelo, de idénticas dimensiones, con la misma estructura y, además, los mismos códigos de velocidad y carga.
Si, por el contrario, se trata de ruedas recauchutadas, a parte de lo anterior debemos tener en cuenta que han de proceder del mismo fabricante y que no podemos mezclar en un mismo eje ruedas nuevas con otras ya usadas.
En relación a la profundidad de la banda de rodadura, en España no hay un límite mínimo establecido como sí sucede en el caso de los turismos, que no puede ser inferior a los 1,5 milímetros. Es obligatorio, eso sí, que el dibujo sea visible y que no aparezcan abolladuras, deformaciones, grietas u otros signos de despegue de alguna de las capas.
Tampoco pueden estar los cables al descubierto, la carcasa no ha de presentar roturas ni el desgaste de la banda de rodadura tiene que ser irregular. Se recomienda que la diferencia de profundidad entre neumáticos del mismo eje no supere los cinco milímetros.
Cumplir la normativa
Es especialmente importante que los transportistas cumplamos con la normativa en relación a los neumáticos de camión. Tal es así que se trata de vehículos limitados que en los controles de velocidad no pueden superar los 90 kilómetros por hora. Un mantenimiento adecuado y las revisiones periódicas nos pueden ayudar a alargar la vida útil de estos elementos.