Ahora que llega el invierno, empiezan a ser frecuentes las gripes, resfriados… y con ellos comienza a ser más o menos frecuente también conducir tomando medicamentos. Aunque todos conocemos los efectos adversos del alcohol y las drogas en nuestra capacidad de conducción, muchas veces ignoramos los efectos que determinados medicamentos pueden tener al volante.
Debemos ser siempre conscientes de que ciertos medicamentos alteran nuestra capacidad para conducir con seguridad. Por ello, lo más correcto, es consultar siempre con el médico o farmacéutico si el medicamento que vamos a tomar puede tener algún efecto sobre nuestra capacidad de conducción.
Es bastante habitual que la medicación provoque una disminución de nuestra capacidad de respuesta y ello pueda terminar provocando un accidente. Esto es aún más habitual en el caso de que estemos tomando al mismo tiempo diferentes fármacos. Es especialmente peligrosa la “automedicación“, ya que en este caso nunca conocemos el posible efecto sobre nuestras capacidades.
Efectos más frecuentes de la medicación
Los efectos negativos de los medicamentos sobre la capacidad de conducción se denominan efectos indeseables, pero no siempre son igual de intensos en todas las personas, varían en función del estado de salud, peso, sexo…
Los principales efectos secundarios de los medicamentos que pueden afectar negativamente en la capacidad de conducir son:
- Efecto sedante: somnolencia, disminución de la alerta…
- Alteraciones oculares: visión borrosa, trastornos de acomodación…
- Alteraciones auditivas: zumbidos, acúfenos…
- Vértigos y los temblores.
Es muy recomendable que el paciente que empieza a tomar una medicación que potencialmente pueda alterar su capacidad de conducir, sepa cómo reacciona ante el fármaco antes de ponerse al volante. Debe observar cómo influye en sus reflejos, en su capacidad de concentración y si le produce somnolencia. Estos efectos son más fuertes al principio del tratamiento.
Medicamentos que afectan nuestra capacidad de conducción
Los medicamentos que potencialmente pueden afectar a nuestra capacidad de conducción son: ansiolíticos, antidepresivos, tranquilizantes o incluso algunos colirios o pomadas oftalmológicas.
Los medicamentos para tratar los resfriados o las alergias también pueden disminuir nuestros reflejos (ya hablamos hace tiempo del caso concreto de la alergia al volante). Concretamente los antihistamínicos pueden producir somnolencia, sedación y disminución de los reflejos.
Podemos ver en esta infografía elaborada por la DGT, las principales medicamentos y sus efectos negativos sobre la conducción.