La siniestralidad es uno de los principales peligros a los que se enfrenta el sector del transporte por carretera. Reducir el número de accidentes, por lo tanto, es uno de los grandes objetivos que debe perseguir la prevención de riesgos laborables. Según el último informe definitivo publicado por la Dirección General de Tráfico correspondiente a 2018 las cifras son demoledoras: en 10.844 accidentes con víctimas estuvo implicada una furgoneta, en 1.622 un camión de menos de 3.500 kilos de MMA, en 4.302 un camión de más de 3.500 kilos de MMA, y en 2.269 un autobús.
¿Cuáles son los principales riesgos laborales en el transporte por carretera?
Además de los accidentes en carretera, los transportistas están expuestos a otros riesgos laborales como caídas y golpes durante la manipulación de la carga, atropellos, exposición a vibraciones, al exceso de ruido y al contacto eléctrico, atrapamiento o aplastamiento, sobreesfuerzo, incendios, proyección de líquidos y otras sustancias tóxicas, altas temperaturas, etcétera.
También, a otros relacionados con factores organizacionales o psicosociales, como la fatiga por el exceso de horas al volante o un ritmo de trabajo excesivo, el estrés o la ansiedad.
¿Cómo prevenir los riesgos laborales en el transporte por carretera?
La clave para reducir estos peligros radica en ofrecer a los transportistas un manual de buenas prácticas que contemple la formación adecuada, con el fin de asesorarles a la hora de afrontar situaciones que puedan suceder durante el desempeño de su trabajo. También, la empresa debe poner a su disposición todos los medios y equipos de protección necesarios para ello.
En definitiva, la prevención de riesgos laborales en el sector estratégico del transporte por carretera pasa principalmente por luchar contra el elevado número de accidentes, así como poner en marcha medidas preventivas para erradicar la incidencia de factores externos como las condiciones climatológicas, el tráfico, los riesgos ergonómicos y de seguridad, la fatiga, etcétera.