Durante los últimos meses, estamos asistiendo a una ambigua campaña sobre los motores de combustión y en especial sobre el caso de los diésel. Sin embargo, existen muchas inexactitudes y omisiones sobre todo lo que se habla y dice de ello.
El diésel NO contamina más que la gasolina
A día de hoy, la mejor opción energética son los motores diésel. Dicha metodología ha permitido durante casi treinta y cinco años la reducción de los consumos, así como la cuantiosa disminución de emisiones CO2, en todos los vehículos que la portan. Recordemos, que durante la década de los ochenta, la Unión Europea apostó decididamente por la innovación diésel, lo que condujo a una fuerte inversión por parte de los fabricantes para consolidar un proyecto renovador, con creaciones vanguardistas y transformadoras de la industria de la automoción. La decisión de Bruselas fue acertada en su momento y aplaudida por la Sociedad, buena prueba de ello fue la respuesta mayoritaria de los usuarios, que hizo posible que el volumen de ventas de vehículos diésel alcanzase cifras de record.
Es importar subrayar que este despegue diésel no fue algo casual o fruto del azar, sino que se encuentra avalado por los resultados positivos demostrados empíricamente: “las emanaciones contaminantes se han reducido de forma notoria”, gracias a la investigación propiciada por la tecnología diésel.
Impuestos
La alternativa que nos ofrecen es repostar gasolina (más cara, mayor consumo y aumento de la contaminación). Resulta evidente que con esta medida, las recaudaciones impositivas se verán incrementadas. Una vez más, los consumidores presenciaremos cómo merma nuestro nivel adquisitivo, por algo tan cotidiano y necesario como es desplazarse para ir al trabajo, llevar los niños al colegio, acudir a las citas médicas etc. A todo ello, tendremos que añadir, que el argumento medioambiental (cuestión crucial para los fabricantes de motores diésel, desde hace muchos años) seguirá sin resolverse, con la consiguiente proliferación de las dispersiones CO2.
Filtro de partículas
Desde el 2011, con la entrada en vigor de la Euro 5, los diésel incorporaron en sus motores el filtro de partículas, anteriormente algunas marcan lo ofrecían como una opción que había que pagar “a mayores”. Esto quiere decir, que el filtro (especie de panel de cerámica porosa de finos conductos) elimina el cien por cien de las partículas, hollín y carbonilla, no quemadas en la combustión. Ellas son las que originan esas conocidas “boinas” que cubren las grandes ciudades y que los medios de comunicación se hacen eco cuando aparecen. Los vehículos diésel actuales, cumplen estrictamente con la normativa Euro 6, por lo que se puede concluir que contaminan menos que un gasolina moderno, teoría verificadamente demostrada. Los coches de gasolina emiten entre un veinte y un veinticinco más de CO2 que su homólogo diésel, del mismo modo, un vehículo de gasolina consume más combustible que uno de gasóleo similar.
El futuro de los vehículos con tecnología diésel
Las virtudes y cualidades del diésel son numerosas, entre otras sobresalen: menor consumo, durabilidad y resistencia con el paso del tiempo, escasas averías, motores muy polivalentes, la mejor opción para recorrer largas distancias y por supuesto vitales para el sector del transporte pesado.
Cualquier conductor (privado o público), estará de acuerdo con estas cualidades señaladas en un porcentaje muy elevado, incluso para los más escépticos con respecto al diésel.
Por otro lado, ya se ha resuelto el problema de los residuos sólidos y carbonilla a través de la citada utilización de los filtros de partículas, pero todavía queda una pregunta por resolver:
¿Cómo terminar con las emisiones de óxido de nitrógeno, NOx?
Mediante el uso de AdBlue, compuesto químico sintético formado por una disolución de urea al 32,5% cuyo propósito es la eliminación del NOx, descomponiéndolo en nitrógeno libre y agua vaporizada, elementos completamente inocuos e inofensivos para la salud. Producto disponible en Castillo Grupo en sus diferentes Estaciones y Áreas de Servicio, mediante surtidor y otro tipo de envasados.
En cuanto a los fabricantes de vehículos, de forma mayoritaria hacen una apuesta hacia el futuro a través de una tecnología vanguardista, que conseguirá que los motores diésel sean cada vez más ecológicos y cumplan con las normativas contra la contaminación impuestas por las administraciones.
Por ello, consideramos que esta decisión es una apuesta valiente e inteligente, al implementar las grandes cualidades de los automóviles diésel y perfeccionar todo aquello susceptible de mejora innovadora.
Conclusiones
-Un vehículo diésel, adaptado a la normativa Euro 6, es tan limpio (o más), que un gasolina moderno, por lo que contaminará igual o menos que estos últimos.
-¿Cuándo es rentable adquirir un vehículo diésel? Casi siempre. Excepto en aquellos usuarios, que realicen trayectos muy cortos y preferentemente de carácter urbano. Si viajamos por carretera, más de doce mil kilómetros al año, no hay que pensarlo demasiado; si además disponemos de vehículos grandes y relativamente pesados, como los monovolúmenes, todoterreno o furgonetas, sin dudarlo la elección es diésel.
-Punto y aparte son los vehículos pesados de transporte de mercancías, hasta el momento presente, ninguna de las alternativas que se barajan son tan competitivas, rentables y fáciles de suministrar como la energía diésel.
-Como resumen, desde Castillo Grupo pensamos que los vehículos diésel tienen mucho recorrido tecnológico durante los próximos treinta años, pues el adelanto de los mismos, así como la evolución de los carburantes de última generación como FÓRMULA MAX DIESEL, es imparable y han venido para quedarse mucho tiempo. -Son muchas las razones para llegar a estos epílogos, sobresaliendo la mejora personal, el ahorro económico, el beneficio social y por supuesto, para que las venideras generaciones hereden un planeta más sostenible, honesto y ecológicamente más saludable.
“Nos sentimos orgullosos de surtir la potencia y eficacia en la energía del futuro”