Según el refranero español, abril es un mes propicio para que llueva abundantemente. La lluvia exterioriza dos peligros esenciales en la carretera, perdida de adherencia a consecuencia de la mezcla originada de agua, polvo y grasa acumulada en la calzada y la disminución de visibilidad de manera general. La consecuencia de todo ello, es un suelo deslizante, mayor sensación de inestabilidad y una frenada mucho más larga.
Para contrarrestar este tipo de contingencias, es necesario tener a punto elementos clave del automóvil y pautar la conducción de la siguiente manera:
Revisión exhaustiva de neumáticos, amortiguadores, frenos, luces y elementos electrónicos (ABS, ESP)
Los neumáticos deben tener los canales del dibujo con la profundidad exigida, para poder evacuar con efectividad el agua sobre el que pisan [profundidad mínima 1.6] e hinchados con la presión determinada por el fabricante. En cuanto a los amortiguadores, son vitales para la sujeción del coche y mantener los ejes sin pérdidas de control.
Desgaste de los neumáticos
Por lo que respecta a los frenos, estos pierden efectividad con el agua, alargándose la frenada de forma notable, de ahí la rigurosidad a la hora de su mantenimiento. Lo mismo sucede con las luces, fundamentales para ver y ser vistos, el antibloqueo de frenos, ABS y el control de estabilidad ESP.
Una vez que tenemos el coche en perfecto estado para afrontar condiciones climáticas adversas, repostaremos un carburante de última generación FÓRMULA MAX DIESEL, disponible en las Estaciones de Servicio de Castillo Grupo y actuaremos tal y como sigue:
Mayor distancia de seguridad y adecuar la velocidad a las circunstancias
Con ello se evitará el “efecto spray” [restos de agua atomizada que impacta sobre la luna] y más espacio para poder frenar en caso de contingencia.
Frenar con suavidad y realizar movimientos delicados
Con los virajes, curvas o cambios de carril se extremaran las precauciones, anticipando la frenada a través de la ejecución de maniobras suaves. Una de las mayores preocupaciones de Castillo Grupo es velar por la seguridad de sus clientes, por ello insistimos en que sigamos estas recomendaciones, que nos servirán para aminorar la incomodidad que genera la lluvia persistente.
Atención con la señalización horizontal
Especial cuidado con la pintura blanca que delimita los bordes de la carretera y márgenes centrales de los carriles, puede ocasionar derrapes y pérdidas de control del vehículo o moto.
Mantener el control mental y no entrar en pánico
La conducción con lluvia aumenta la tensión al volante, lo que puede provocar estrés en trayectos largos. Es imprescindible realizar paradas para descansar física y mentalmente. Castillo Grupo habilita sus instalaciones a todos los conductores para realizar estas acciones de manera confortable, donde nos sentiremos como en casa.
Librarse del incómodo “aquaplaning”.
Con grandes acumulaciones de agua, los neumáticos no son capaces de evacuarla. Para evitar esta peligrosa sensación de “flotar” sobre el agua, reduciremos la velocidad, no pisaremos el freno y sujetaremos con firmeza el volante hasta recuperar la cohesión con el suelo.
Llevar las luces encendidas, incluso las de niebla si las condiciones son muy adversas y evitar el vaho en los cristales, con una temperatura interior entre veinte y veintiún grados.
Por último, repostar uno de los carburantes más evolucionados del mercado, FMD para continuar el viaje de forma segura y placentera.
“Nos guardas el secreto”
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