Los transportistas profesionales estamos expuestos a una serie de riesgos que llegan a perturbar nuestra salud y seguridad. Las posturas inadecuadas y los malos hábitos en la conducción pueden ocasionar que suframos las conocidas como enfermedades profesionales del camionero. Para evitarlo es aconsejable que asimilemos una serie de buenas prácticas, la mayoría de las cuales se contemplan en la normativa sobre prevención de riesgos laborales.
Cuáles son las enfermedades profesionales del camionero
Quienes pasamos muchas horas al volante de un vehículo de grandes dimensiones estamos expuestos a padecer patologías como las derivadas de las vibraciones, tales como mareos o trastornos en la visión, hernias discales o pinzamientos, vómitos o molestias en los oídos. De hecho, están reconocidas como las enfermedades más habituales en el sector.
También son muy comunes otras dolencias como la bursitis, enfermedades osteoarticulares, lesiones en la piel, sordera, parálisis del nervio radial, fatiga, ansiedad, estrés…
Teniendo en cuenta que hemos de mantener durante mucho tiempo la máxima concentración y estar en permanente estado de alerta, problemas psicosociales de este tipo están a la orden del día.
Sentarnos de manera incorrecta, el ruido o los cambios bruscos de temperatura pueden afectar negativamente a nuestra salud, provocando también otros efectos adversos como los trastornos en el ritmo cardíaco, los trastornos abdominales y digestivos o la fatiga crónica.
¿Cómo prevenirlas?
Es muy recomendable que cuidemos detalles como la ergonomía en el camión y respetemos los descansos estipulados. Cambiar de postura con frecuencia, evitar la ingesta de productos excitantes así como comidas copiosas, ajustar adecuadamente la posición del asiento, llevar los bolsillos vacíos al igual que vestir ropa cómoda y someternos a exámenes médicos periódicos, puede ayudarnos a contrarrestar estas dolencias que hemos mencionado.
Estas enfermedades profesionales del camionero, a la larga, pueden afectar directamente a la calidad de vida. De ahí la importancia de poner en práctica estas recomendaciones.